Para curar los hombres médicos navajos, o chamanes, bailan, invocan a
sus divinidades y realizan maravillosas y complejas pinturas de arena a modo de
mandalas sobre el suelo.
La persona enferma se coloca en el centro para recibir
la fuerza , la armonía y el poder curativo de las figuras pintadas con
distintos tonos de arenas naturales que responden en formas y colores a un
complejo, rico y ancestral simbolismo que refleja hasta que punto estas
culturas están integradas con su entorno natural y lo respetan.
Los Navaho, al igual que otros pueblos indígenas, utilizan
el arte como medium privilegiado para traer a presencia las ideas sobre lo
trascendente. En este caso son las pinturas secas o pinturas de
arena sand paintings; (es de destacar la similitud con los mandalas tibetanos, que
también se realizan con arenas de colores y también se destruyen después de
realizar el ritual).
De esta forma magia,
religión y arte se unen para invocar a los espíritus, que concurrirán a la ceremonia.
Los espíritus tienen poderes mágicos.
En el caso de las pinturas de arena, cuando el hombre
medicina completa al ritual con la plegaria correspondiente, activa la pintura
(el poder de la pintura) y se produce la transubstanciación: la imagen se hace
receptiva del poder sobrenatural y el chaman entonces la aplica al paciente.
Cuando el hombre medicina realiza la pintura de arena,
"su belleza y su descripción del poder de los espíritus atrae a estos,
ese poder real de los espíritus se usa entonces para curar al enfermo".
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