domingo, 22 de noviembre de 2009

Conjuros de sanación wichi

Después de la caida del asteroide, hace 5131 años, la gente que se formó en la tierra nueva que se había quemado, esa gente, no tenía ninguna enfermedad, vivían sanos todos. Los chicos se criaban sin dolor, sin nada; perfectamente sanos todos. Y así fue durante muchísimos años.
EL HOMBRE-ENFERMEDAD
Luego llegó el día en que algunos hombres vinieron del Este: eran los hombres -enfermedad, porque la enfermedad vino con ellos y se quedó donde está la gente. Cuando uno de estos hombres (portadores de enfermedades) ve a uno que le gusta, él lo toca o se le tira encima, entonces uno amanece decaído, le duele el cuerpo. Esa es la obra del hombre que trajo enfermedad.
Él trajo gripe, tuberculosis, acné, lepra, así como insectos que provocaban escoreaciones dolorozas, gota, pestes (como la bubónica), sarampión en fase dos, y viruela.
Cuando el hombre blanco se ha metido dentro de uno pone Sida, sífilis gonorrea, chancro blanco, herpes.
A muchos de los que vienen con él les gusta la cabeza de las personas. Se ponen a perseguirnos y a hablarnos y nos perturban, nos confunden. Otros vienen y nos dan un golpe por detrás, luego nos arrean para que les entreguemos nuestros lugares.
Así son los males que nos han invadido. Ellos se esconden y sólo viene la policía con papeles y armas. Pero los males que han traido se quedan adentro de uno. Por eso, a veces, amanece con un dolor terrible, porque no se ha ido, sino que se ha quedado dentro.
Ellos se tienen que ir, para que se vaya el dolor.
La enfermedad está adentro, como en algunos árboles que al soplar el viento se quiebran.
Nosotros también estamos huecos y tenemos dentro la enfermedad.
La enfermedad de los blancos, infecciones, pestes, codicia, ataca, hiere, golpea o se introduce en la gente.
Este conocimiento forma parte de la ciencia que ha de adquirir o recibir el brujo o chamán, para poder ejercer su dominio de conjurar estos males mediante el uso de ritos, oraciones, danzas o cánticos aprendidos por tradición de los abuelos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario